Profesor Darío Andrés Núñez. Este 18 de mayo celebramos el “Día de la Escarapela Nacional”. Por ese motivo, la Asociación Belgraniana de Goya quiere rememorar la historia de este emblema patrio.
Desde los días de la Revolución de Mayo, los colores celeste y blanco sirvieron de distintivo a los criollos. Según Bartolomé Mitre, French "entró en una de las tiendas de la Recova y tomó varias piezas de cintas blancas y celestes y, apostando piquetes en las avenidas de la plaza, los armó de tijeras y de las cintas, con orden de no dejar penetrar sino a los patriotas y de hacerles poner el distintivo." Berutti, su gran amigo, fue el primero que enarboló en su sombrero los colores de la Patria.
Sin embargo, no era aún la escarapela. Correspondió al ilustre General Manuel Belgrano, apostado en la ciudad de Rosario, sobre el río Paraná, promover su creación. El 13 de febrero de 1812, por propia iniciativa, escribió al Primer Triunvirato: "Parece llegado el caso de que Vuestra Excelencia se sirva declarar la Escarapela Nacional que debemos usar, para que no se equivoque con la de nuestros enemigos…”.
El 18 de febrero, el Triunvirato aprobó la feliz iniciativa de Belgrano con las siguientes palabras: “El gobierno ha resuelto que se reconozca y se use por las tropas la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que deberá componerse de dos colores, blanco y azul celeste, quedando abolida desde esta fecha la roja que antiguamente se distinguía…"
Cinco días más tarde, el 23 de febrero, Belgrano hizo colocar en el pecho de sus soldados la nueva insignia, y al contestar la nota recibida, expresó al gobierno que la respectiva determinación "ha sido del mayor regocijo, y excitado los deseos de los verdaderos hijos de la Patria de otras declaraciones de Vuestra Excelencia que acaban de confirmar a nuestros enemigos en la firme resolución en que estamos de sostener la independencia de América".
En su exaltado patriotismo, creía llegado el momento de declarar la independencia y adoptar una bandera propia. Finalmente, esto sucedió el 27 de febrero de 1812 a orillas del río Paraná.
Para finalizar, desde la Asociación Belgraniana de Goya, alentamos a llevar orgullosamente este símbolo patrio en nuestros pechos ya que, de esta forma, estaremos honrando nuestra historia, próceres y compatriotas.
Profesor Darío Andrés Núñez, integrante de la Asociación Belgraniana de Goya.