Manuel Belgrano fue el cuarto hijo de quince, nacidos del matrimonio de don Domingo Belgrano y Peri, italiano de ilustre prosapia latina, y doña María Josefa González Casero, de familia de renombre y actuación en estas tierras.
Nació Manuel en la ciudad porteña “Santa María de los Buenos Aires” el 3 de junio de 1770; y ya lo acompañaba en su destino la Providencia Divina, por los nombres que le fueron impuestos: “Manuel”, denominación simbólica y profética del Verbo encarnado, aféresis de Emmanuel (Dios con nosotros) y con el cual el profeta Isaías designaba al Mesías. “José”, padre de Nuestro Señor Jesucristo; “Joaquín”, padre de la Virgen María; “del Corazón de Jesús”, eterno abrigo del creador de la Bandera Patria, providente soberano: “Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano”. Toda su vida fue fiel ejemplo ético, fervoroso, místico y valiente de esa cariñosa imposición que selló sus destinos. Quiso esa Providencia que Manuel recibiera una educación más que esmerada, prolija y pulida, propicia para que su alma resplandeciese de cultura adosada a un espíritu inteligente, ávido, libre y luchador, llena de talentos tanto áticos cuanto espartanos.
Así lo recordaban en sus virtudes quienes lo alternaron: “No sólo oradores sagrados como Valentín Gómez y fray Cayetano Rodríguez, sino también sus compañeros de armas como el coronel Blas Pico, el general Paz y Celedonio Balbín dijeron del aprecio y el respeto que Belgrano se había conquistado entre cuantos lo conocieron y trataron”. Y por supuesto, el Gral. José de San Martín, a quien lo unía una fibra temperamental común, sus correligionarios todos del Mayo patrio, en particular referencia a Rivadavia y Moreno, amén de su primo hermano Castelli, de todos los patriotas de Mayo y de todos sus soldados y oficiales.
Desde su infancia fueron sumándose al encomio histórico, todos los académicos y maestros de Manuel, quien hizo sus primeras letras a los nueve años de edad en la Escuela de Dios del entonces dominicano “Convento de San Pedro Telmo” (hoy Basílica del Santo Rosario) ubicada a treinta metros del lugar de su nacimiento y de su muerte donde una placa recordatoria alude a tales fastos del prócer en estos términos: “En este solar nació y murió el general Manuel Belgrano”, sin más, con la modestia que él mismo hubiera deseado y habría concebido.
En el duocentésimo quincuagésimo primer año de su nacimiento de quien fuera luz durante su corta vida rogamos como asociación belgraniana que su alma eterna nos ilumine y nos cumpla el deseo de ser una patria grande y soberana.
Fuentes:
FURLONG, Guillermo S.J. en “Manuel Belgrano. Los ideales de la patria”, Instituto Nacional Belgraniano, Bs.As. 1995, pág.13.
“Belgrano” Instituto Nacional Belgraniano, Bs. As. 1996, p 12 y ss; “General Belgrano Apuntes Biográficos”. Instituto Nacional Belgraniano, Bs.As. 1995, p. 1 y ss.
Diccionario Enciclopédico Ilustrado ESPASA CALPE
Héctor I. Brikman
Prof. De Lengua y Lit.
Vocal de la Asoc. Belgraniana Goya