Barbijos: ¿sí o no? o ¿Por qué no?

Por el Dr. Daniel Merino*

A la luz de los conocimientos actuales, salta a la vista las diferencias notables que existen entre los científicos y la población de los países orientales con occidente. Pero también salta a la vista que el manejo en general de la pandemia en los primeros parece ser más exitoso que en occidente.

En medio de la vorágine que significa una epidemia y la demanda de respuestas de una población que está siendo atacada y gravemente, surgen organismos científicos o de Salud que deben responder con urgencia, aunque no tengan todos los elementos de certeza al alcance. Vamos a 1982 y 1983. El SIDA. En esa oportunidad los CDC (Centros de prevención y control de enfermedades de USA con quienes trabajé en Haití y a quienes respeto) dijeron: El riesgo está en las 4 H: Ser heroinómano, homosexual, hemofílico o haitiano. Si yo era usuario de otras drogas inyectables, era heterosexual y ugandés, podía hacer mi vida, tranquilo. No quieran imaginar la cantidad de casos que se produjeron a partir de ello . Con ello debe quedar claro que cuando existen mínimas evidencias de que algo no es así o no exactamente así, hay que moverse y rápido para dar un golpe de timón porque va a costar sangre.

Ahora, los barbijos. Si los usa el 80 % de la población de muchos países asiáticos, todo oriente está equivocado ¿Y de ser así porque les va mejor?

La OMS señala que no es necesario usar el barbijo o mascarilla si no se presentan síntomas respiratorios, pero nadie nos asegura que nosotros o alguna persona con la que hablamos no sea un portador viral asintomático (1 de cada 5 lo es) o al menos en periodo de incubación. No me salva el creer que no estuve en contacto con nadie pues sabida es su persistencia en superficies y sabida es la presencia en gotas de Pflugge (mas grandes) o recuerdo cuando las estudiábamos también, las gotas de Wells más pequeñas con mayor persistencia en el aire. Pero va a servir bajo ciertas condiciones:

·         Que cubra la boca y la nariz, y se ajuste bien para que no haya espacios entre la cara y la mascarilla.

·         No tocarlo mientras se lleva puesto.

·         Tan pronto como el barbijo se humedezca, cambiarlo por otro limpio y seco.

·         Imperioso lavado de manos con jabón o desinfectante cuando puedan haber contactado con un agente infeccioso pues allí, las mascarillas pueden dejan de ser eficaces para prevenir la infección.

Los CDC están transmitiendo un mensaje distinto al tradicional en estos días y esto sucede porque muchos expertos mundiales, aunque no están muy de acuerdo, los usan igual.

Podemos discutir condiciones de uso, y tipos y materiales recomendables, pero ya nadie discute que, es un aporte más y sirve (aún considerando sus limitaciones).

En una entrevista de la Revista Science a  George Gao, director general del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, habló sobre la importancia de los barbijos y las medidas que todos los países deberían adoptar para frenar la propagación del COVID-19.

El experto que lideró la respuesta de China al coronavirus, aseguró ……que no implementar el uso generalizado de máscaras …. es un "gran error" que está cometiendo Estados Unidos y los países europeos en su respuesta al brote. La OMS y los CDC continúan afirmando que las máscaras no necesariamente protegen a las personas sanas de infectarse mientras realizan sus tareas cotidianas. Gao, no está de acuerdo.  "Este virus se transmite por gotitas y contacto cercano. Las gotas juegan un papel muy importante: tienes que usar una máscara, porque cuando hablas, siempre salen gotas de tu boca".

"Muchas personas tienen infecciones asintomáticas o presintomáticas", "Si usan máscaras faciales, pueden evitar que las gotas que transportan el virus escapen e infecten a otros".

Para Gao, un científico especializado en inmunología y virología en las Universidades de Oxford y Harvard y jefe del equipo que por primera vez secuenció y aisló el virus SARS-CoV-2 que causa la COVID-19, el uso de barbijos debería ser acompañado por otras medidas, como la instalación de termómetros en los accesos de todos los lugares públicos para que las personas con fiebre alta puedan ser detectadas tempranamente y el aislamiento de las personas infectadas en grandes instalaciones.

El experto confirmó que el distanciamiento social, el aislamiento de casos positivos y de sus contactos cercanos, la suspensión de las reuniones públicas y la restricción del movimiento mediante cuarentenas son las medidas…. para neutralizar la propagación del COVID-19, "Aunque el uso de una mascarilla no necesariamente evita que las personas sanas se enfermen, y ciertamente no reemplaza medidas importantes como el lavado de manos o el distanciamiento social, puede ser mejor que nada", aseguró.

El periódico detalla también que los estudios han demostrado que cuando no se dispone de mascarillas N95 de alto grado, y que no son para la población general, las mascarillas quirúrgicas comunes protegen un poco más a las personas que no usan mascarillas en absoluto. Y cuando se combinan con la higiene de las manos, ayudan a reducir la transmisión de infecciones.

Durante el brote de SARS en 2003, los investigadores encontraron que lavarse las manos más de 10 veces al día era 55% efectivo para detener la transmisión del virus, mientras que usar una máscara era en realidad más efectivo, en alrededor de 68 por ciento. El uso de guantes ofrecía aproximadamente la misma protección que el lavado frecuente de manos, y la combinación de todas las medidas -lavado de manos, máscaras, guantes y una bata protectora- aumentaba la eficacia de la intervención al 91 por ciento. Es que en muchos países asiáticos se alienta a todos a llevar máscaras, y el enfoque se basa en la psicología de la multitud y la protección.

También pueden servir como un acto de solidaridad, mostrando que todos los ciudadanos están en sintonía con las medidas de precaución necesarias para poner las infecciones bajo control. Como médico retirado siento gran regocijo de ver en mi garaje unas cuantas impresoras 3d con la que mis hijos y socios llevan 200 horas corridas fabricando protectores faciales rígidos a bajo costo. Aquellos que puedan deberán hacer lo mismo con los barbijos. Es hora de cambiar que así lograremos terminar con esto y saldremos fortalecidos.

*Daniel Merino

MP 1367

Doctor en Salud Pública

Master y Especialista en Infectología

Diplomado en Epidemiología