A 210 años de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo

El 16 de marzo de 1812, San Martín propuso la creación del “Regimiento de Granaderos a Caballo”, que rápidamente fue aceptado por el gobierno. Él se encargó de reclutar, organizar e instruir.

Siguió el modelo del mejor ejército de aquellos tiempos, es decir, el napoleónico. Una característica militar de los franceses en el siglo XIX era la excelente caballería. Entonces, el Padre de la Patria observó cómo se movía la misma en el campo de batalla y tomó ideas para sus Granaderos.

Además de adoptar la formación, el regimiento fue cuerpo de élite con un alto sentido del honor y patriotismo.

El nombre de “Granaderos” proviene de los hombres que portaban un arma explosiva llamada “granada”. Estos debían tener una altura importante y, sobre todo, ser fuertes, justamente para poder lanzar las granadas lo más lejos posible. Por estas razones y características, se eligió esa denominación para las tropas mejor seleccionadas, aunque sus armas no fueran las antes mencionadas.

El uniforme aprobado por el gobierno fue sencillo: chaqueta azul con vivos rojos, igual a los que usan en la actualidad. Sin embargo, San Martín había propuesto una casaca, pantalón, capote y chaqueta azules con cuello, vueltas y vivos de color rojo carmesí, chaleco y botones blancos, casco con carrilleras o morrión y botas altas con espuelas de hierro. Pero el modelo no fue aceptado debido a la crisis económica.

Para San Martín la disciplina y la moral eran imperantes, fue por eso que promulgó un código de comportamiento para su tropa con penas severas por: “cobardía en acción de guerra, en la que aún agachar la cabeza es repudio total: por consentimiento en las injurias, por no defender el honor del cuerpo, por trampas infames como de artesanos, por familiarizarse en grado vergonzoso con subalternos, por falta de integridad en el manejo de fondos, por divulgar disposiciones de las juntas secretas, por no ayudar a un compañero en peligro, […] por abusar de la bebida, por difamar a un camarada ante extraños”.

Es importante remarcar que la subordinación y lealtad al jefe era total. De modo que estaban dispuestos a morir por su comandante, el cual era un absoluto ejemplo de coraje y liderazgo. Como muestra de ello, el 3 de febrero de 1813, en una escaramuza en Santa Fe (precisamente en San Lorenzo, frente al Paraná) San Martín demostró su grandeza y valentía poniéndose al frente de una de las alas de caballería. Lugar donde recibió una descarga que mató a su caballo. Entonces, fue rescatado heroicamente por los granaderos Cabral y Baigorria. Este “bautismo de fuego” resultó en victoria para las huestes sanmartinianas.

Sin lugar a dudas, la integridad, la disciplina y el arrojo, entre otras virtudes que San Martín inculcó a los Granaderos ha hecho que sean símbolo de nuestra nación y actores trascendentales para la independencia de América del Sur. Para concluir, citaremos una frase del Libertador: "De lo que mis granaderos son capaces, solo lo sé yo, quien los iguale habrá, quien los exceda no”.

Profesor Darío Andrés Núñez, vicepresidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana Goya.