Primera noche de los rugbiers en la cárcel

Los imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa comparten celda en el pabellón de reclusos evangelistas del Penal de Dolores para evitar contacto con internos más peligrosos.

Los diez rugbiers imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa (18) pasaron sus primeras horas en la Alcaldía de la Unidad Penal N° 6 de Dolores, después de estar alojados más de una semana en las comisarías de Villa Gesell y Pinamar.

Su primera noche en Dolores transcurrió con un fuerte temor de los jóvenes a las represalias en prisión, un sentimiento compartido con sus familiares. Allí, pasaron por una revisación médica y, una vez alojados, hablaron poco, comieron y algunos intentaron dormir tras el viaje de 141 kilómetros desde la ciudad balnearia.

Todos los imputados comparten la misma celda, ubicada en un primer piso entre los pabellones 9 y 10 de los prisioneros evangelistas, donde hay menos tensiones al estar aislada del resto de la población carcelaria. Esa celda colectiva está equipada con cinco camas cuchetas dobles y un solo baño con inodoro. 

Cada vez que deban abandonar la celda, los jóvenes serán escoltados por guardias. Podrán recibir visitas una vez por semana: la primera será este jueves a las 17, cuando puedan ver durante dos horas a sus familiares, que pasarán sin tener contacto con el resto de los presos.

Una vez dictada la prisión preventiva, quienes la reciban serán trasladados a una cárcel común en la Unidad Penal. 

El abogado de los jóvenes, Hugo Tomei, expresó por escrito al juez de Garantías, David Mancinelli, su preocupación por el trato que puedan recibir los detenidos en Dolores y dejó entrever que deberían seguir el proceso judicial en liberal, una posibilidad que quedaría descartada por la expectativa de una pena de prisión perpetua.

Además pidió un cuidado especial en las condiciones de alojamiento, seguridad y en el tratamiento mediático.